Verano especial

"Ya llegamos señorita" me dice cantarín, nos bajamos y vamos a comprar unas cerezas o tal vez unas frutillas al mercado, un limón o un tarro de crema. Volvemos a casa y mientras pedalea y se queda sin aliento, todavía tiene ganas de hacer bromas y cantarme al oído.
Es mi vida que es especial junto a él. Y es que el invierno, el otoño y todos los días son un regalo de amor.
Compartimos el cigarrito y me abraza,
me apreta suavemente contra su pecho y me acaricia la espalda,
y yo quisiera que este verano fuera eterno.
A su lado mi sonrisa no se acaba,
y es que a su lado, emana como el agua.
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